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MUJERES EN LA HISTORIA


LA MUJER DE CAO

 (S. IV d. C. aproximadamente)




Al norte de lo que hoy conocemos como Perú, en una tierra árida, desértica e inhóspita, creció entre los siglos I a VII d. C una civilización precolombina conocida con el nombre de la cultura mochica o moche.
Esta civilización que  ha demostrado tener un alto nivel científico y tecnológico para su tiempo, como lo demuestra sus avanzados conocimientos en ramas como la ingeniería hidráulica  o en el  tratamiento de metales, es principalmente conocida como una civilización guerrera.
Conforme fue desenvolviéndose, su estructura socio-política se dividió en diferentes estratos sociales donde una elite religioso-política controlaba los destinos de su pueblo.
Dentro de esa elite religiosa sabíamos que existían mujeres con el rango de sacerdotisas que tenían un cierto poder, pero hasta hace poco nunca pudimos imaginar la sorpresa que se escondía tras los muros de una pirámide funeraria de más de 1600 años de antigüedad en  las huacas del brujo, a la orilla del río Chicama.
En su interior se encontró un fardo funerario con todos los honores con los que los moches enterraban a sus gobernantes. Pero no se trataba en este caso de un hombre, sino de una mujer, una mujer que debió gobernar los designios de la civilización mochica sobre el siglo IV de nuestra era.
Hablamos de la que hasta la fecha, es la gobernanta más antigua de todo Sudamérica, hablamos de la mujer de Cao.
La momia de la mujer de Cao corresponde a una joven de 25 años, con sus extremidades adornadas de tatuajes que simbolizan su poder espiritual. En el interior del sepulcro se encontraron todo tipo de joyas propias de un gran gobernante, y en tal cantidad que supera incluso, el que hasta el momento había sido el mayor hallazgo de un túmulo funerario de esta civilización: el famoso señor de Sipan,  hallado en 1987.
Pero para mayor sorpresa, si cabe, se encontraron también armas que identifican que la Señora de Cao tuvo también una posición de poder o respeto dentro de la jerarquía militar, todo un logro en una cultura tan violenta como la moche.
Por lo tanto nos encontramos con una mujer que durante su corta existencia consiguió llegar hasta el rango más alto de poder político, religioso, y quizá militar de su civilización, abriendo el camino para que se produzcan nuevos hallazgos arqueológicos que demuestren que el papel de la mujer en la cultura mochica no fue ni mucho menos secundario, y quien sabe quizá si también en otras culturas sudamericanas...


                                                                                            Mi nombre no me define.

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